sábado, 16 de febrero de 2008

IN MEMORIAM

El eco
del silencio de su voz
retumba
suena en lo rincones
de la casa ahora,
oscurecida.
Restalla como làtigo
inclemente
golpèa las paredes
y se adhiere
a cada espacio eterno
e invisible.
El rìo carmesì
escurre lento
ojos abiertos sin mirada
quedan
dormidos al sol del mediodìa.
(El grito que no estalla,
que se guarda)
y todo acaba.
Y ahora entonces solo queda
el eco
del silencio
de su voz...

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